sábado, 24 de noviembre de 2012

Puerto Limón

Puerto Limón es una ciudad del litoral caribeño de Costa Rica, fundada en 1892. Colón ya descubrió estas tierras en su cuarto y último viaje, pero fue la construcción del ferrocarril que uniría San José con la costa caribeña, lo que realmente propició el desarrollo de la ciudad. Las obras facilitaron la llegada de muchos inmigrantes, que aportaron su cultura y hoy día Puerto Limón destaca por ser un crisol de razas, con orígenes muy distintos: español, jamaiquino, italiano, antillas francesas, alemán, chino, judio, libanés, turco, inglés, etc. 

Desde Puerto Limón nos dirigimos hacia el norte para llegar hasta Moïn, donde empieza el canal de Tortuguero. Este P.N. es un área clave para proteger la población de tortugas verdes del mundo y es también una reserva de monos, jaguares y una gran variedad de mamíferos, aves y reptiles. Tomamos un bote que nos permitirá, atravesando la selva, descubrir el bosque de manglares y sus habitantes: perezosos, monos, aves, iguanas, cocodrilos y mucho más.
Pero en esta aventura por la selva y justo después de ver el anterior cocodrilo, no contábamos con que nuestro capitán cubano, nos anunciara que el bote se había averiado y teníamos que esperar a que nos remolcarán. Así que tomamos la espera con paciencia en medio de las aguas del canal, disfrutando si cabe más del paisaje selvático que nos rodeaba.
Superado el incidente, reanudamos la excursión en la minivan con destino a Puerto Viejo. Por el camino y en la misma carretera asfaltada, descubrimos unos monos que plácidamente jugaban entre las ramas de los árboles.
Puerto Viejo de Talamanca está localizado a unos 50 km al sur de Puerto Limón, y es muy popular entre la juventud, disponiendo de unas playas maravillosas de agua azul cristalina y con facilidades para practicar surfing.
Finalmente, tomamos de nuevo la minivan y nos disponemos a ir al P.N. Cahuita. Después de realizar una donación voluntaria para entrar en el parque, iniciamos un paseo por un sendero plano y bien mantenido de 3,5 km, que nos introduce en un bosque tropical, donde pudimos admirar todo tipo de flora y fauna, desde perezosos, monos, serpientes, .. de cuando en cuando nos encontrábamos guias, que nos orientaban como descubrir los animales existentes.
Desde la terraza de un bar de Cahuita, con una vista panorámica de la playa, nos tomamos un refresco mientras contemplabamos la belleza de este enclave y nos despedíamos de este Parque Nacional que tanto habíamos disfrutado.










































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