Alrededor de 1940 fue uno de los balnearios más importantes del Perú, por su clima y las propiedades terapeuticas de sus aguas, por lo que se construyeron numerosos hoteles. En la actualidad, es preciso rellenar con agua la laguna, para evitar de que se seque.
En el mismo hotel donde nos hospedamos, contratamos la excursión al desierto en buggy, un vehículo especialmente preparado para correr sobre la arena y saltar las dunas del desierto.
Nos subimos al buggy y entre el ruido ensordecedor de su potente motor, la velocidad que adquiere y el movimiento ascendente y descendente de las dunas, acabamos con una descarga importante de adrenalina. Quedamos muy impresionados y sorprendidos del paisaje desértico que nos rodea y del tamaño gigante de las dunas.
Los compañeros más decididos del buggy, se apuntaron a practicar el sandboard. Cuando llegamos a la cima de una gigantesca duna, les entregan una tabla de madera y siguiendo las instrucciones del chófer del buggy colocan su cuerpo encima, con cuidado de no rozar la caliente arena y se lanzan a gran velocidad cuesta abajo por la gran pendiente que presenta la duna.
Más tarde nos llevan a contemplar un pequeño oasis abandonado, pues su laguna se ha secado.
Y para finalizar, el buggy nos transporta a un lugar ideal para contemplar la puesta de sol en el desierto. Todo un espectáculo de la naturaleza !!
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