El Valle Sagrado de los Incas, está comprendido entre las poblaciones de Písac y Ollantaytambo, paralelo al río sagrado Vilcanota, que en su curso bajo se denomina Urubamba. Este valle fue muy apreciado por los incas, por sus especiales cualidades geográficas y climáticas, y cuenta con numerosos arroyos, ríos, terrazas, cultivos y pueblos indígenas con abundantes restos arqueológicos. Durante nuestra estancia en Cuzco, visitamos en varias jornadas los siguientes lugares:
SACSAYHUAMÁN
Espectaculares ruinas de una de las mayores obras de la arquitectura incaica, construida con grandes bloques de piedra y con fines de centro ceremonial religioso y fortaleza para la defensa de la ciudad de Cuzco. Su nombre significa “donde el halcón se sacia” y se alza sobre una estratégica colina.
Al entrar al complejo, nos encontramos con una amplia explanada, donde cada 24 de junio se escenifica la ceremonia ancestral del Inti Raymi, “resurrección del sol”.
Pero lo que más llama nuestra atención, es la enorme muralla en forma de zigzag, inmensos muros pétreos con bloques de hasta 9 m de altura y 125 toneladas de peso. Existen hasta tres plataformas superpuestas, comunicadas por escalinatas y con una longitud promedio de 360 m de largo. Mover estas piedras fue una verdadera proeza, pero también lo fue el perfecto encaje entre ellas con una precisión exquisita.
Se considera que esta obra la inició Pachacútec, y se tardó mas de setenta años, requiriendo la fuerza de 20.000 hombres, tanto en el trabajo de los cimientos como en las canteras, el transporte, el labrado y la colocación de las piedras. Las canteras estaban situadas a 20 km de distancia.
En este lugar y en 1536, se produjo la mayor resistencia indígena contra los conquistadores españoles, durante la rebelión de Manco Inca, siendo el escenario de una cruenta batalla.
QENKO
Fue un centro ritual dedicado a la adoración, en donde se realizaban sacrificios en honor al Sol, la Luna y las Estrellas. Esta construido sobre un singular afloramiento de roca caliza, con galerías subterráneas y un anfiteatro semicircular.
Descendemos por escalinatas realizadas sobre la roca viva y alcanzamos la Cámara subterránea, una auténtica proeza, pues esta labrada íntegramente en una gigantesca roca, tanto suelos como techo, paredes, mesas y alacenas. Se utilizaba para embalsamar y como lugar de sacrificios humanos y de llamas. También existen hoyos y canaletas zigzagueantes talladas sobre la roca, que permitían hacer circular la chicha ofrendada o la sangre de los seres sacrificados. Un impresionante lugar de culto para ritos secretos y de sacrificio.
PUKAPUKARA
"La Fortaleza Roja", es una construcción militar compuesta por terrazas, torreones y grandes muros, que formaba parte del sistema de defensa de la capital del imperio, Cuzco.
Aquí observamos que las piedras utilizadas en su construcción están poco trabajadas, por lo que es un indicio claro de que para los incas este lugar no era muy valorado como área religiosa o especial.
TAMBOMACHAY
Balneario favorito del Inca. Fue un lugar destinado al culto del agua y al descanso del monarca. Garcilaso de la Vega, ya describió este lugar en sus relatos. La visita es a cielo abierto, pero los cimientos descubiertos parecen indicar que originalmente fue un recinto cerrado.
Desde la entrada tenemos que ascender por un agradable paseo, hasta llegar a una estructura con terrazas de piedra de varios niveles, y fuentes de agua en forma de pequeñas cascadas. Nos encantó el entorno natural del paisaje, así como el ingenio de los arquitectos incas para lograr una cuidadosa escenografía con el fin de homenajear al agua como fuente de la vida.
Realizaron un conjunto de acueductos, canales subterráneos y pequeñas cascadas labradas en roca, para mantener un flujo constante de agua limpia, proveniente de un manantial subterráneo, que hoy en día sigue sin conocerse su origen. En definitiva, un extraordinario sistema hidráulico.
PÍSAC
Desde el pueblo y ascendiendo por una serpenteante carretera se llega al complejo arqueológico de Písac (3.250 msnm). Su localización es estratégica, de camino a la selva y acceso al valle, ofreciendo unas impresionantes vistas sobre buena parte del Valle Sagrado.
Actualmente se cree que fue una “hacienda real” del inca Pachacútec y por lo tanto comprende viviendas, acueductos, caminos, puentes, torres, cuarteles, cementerio, murallas, centros ceremoniales y un gran sector de andenes agrícolas. Todas estas obras, muestran la excelencia de la arquitectura incaica, con un buen plan de diseño y una ejecución magistral del trabajo de cantería de la piedra.
Llegamos al enclave y quedamos impresionados del sobrecogedor paisaje andino, que teniamos ante nuestros ojos y del increíble ingenio y esfuerzo de los incas para construir en un lugar tan difícil como en lo alto de este cerro.
Al admirar el paisaje, resaltan los conjuntos de andenes agrícolas, de gran variedad estilística, semicirculares, ondulantes y hasta de 14 formas diferentes, apareciendo dispersos sobre la ladera y a muy diferentes alturas.
Visitamos las ruinas de las importantes edificaciones y el centro ceremonial, el templo del sol y el famoso cementerio inca Tantana Marka, con más de 1.000 tumbas, desafortunadamente saqueadas, pero se estima que pudieron haber sido hasta 10.000. Una necrópolis situada a cien metros de altura de la ribera del arroyo Quitamayu.
MORAY
Fue un centro de experimentación y aclimatación de plantas de cultivo, construido por los incas de forma asombrosa en un hoyo gigantesco, extrayendo grandes cantidades de tierra y piedra, y moldeando andenes en círculos concéntricos, que se van ensanchando a medida que ascienden la ladera.
La estructura de mayor profundidad tenía unos 150 m y otros 150 m de diámetro. Cada nivel era un microclima, que atendiendo a la altura, la calidad de la tierra fértil y al agua, permitía experimentar el cultivo de hasta 250 especies vegetales en 20 microclimas, alcanzando diferencias de 15° C entre el más alto y el más bajo. Con ello, adquirieron un gran conocimiento sobre la reacción de las plantas y permitió un gran desarrollo de su agricultura.
MARAS
Antes de llegar, nos detuvimos en el borde de la carretera para contemplar su increíble paisaje. Un oasis teñido de blanco, en la ladera de una montaña, que forma parte intrínseca de la típica cordillera andina.
Hasta 3000 balsas de sal, con una superficie promedio de 5 m2, que son alimentadas por numerosos canales y que una vez evaporada el agua, se consigue extraer la apreciada sal. El agua con alto contenido en sal, procede de una fuente situada en lo alto del valle.Bajamos hacia la salinera y accedemos a las balsas de sal, después de pasar por un mercadillo en el que el souvenir principal es la sal, eso sí tratada como un producto de gourmet. El tono de los colores que ofrece la salinera va desde el blanco al marrón, en función de la evolución del proceso de cristalización de la sal.
OLLANTAYTAMBO
Imponente complejo militar, religioso, administrativo y agrícola, construido sobre dos montañas en un lugar estratégico que domina todo el valle. Se denomina así, en honor al cacique Ollanta, famoso por su romance con una princesa inca, hija de Pachacátec.
La fortaleza es inmensa, llena de escalones y con diecisiete terrazas superpuestas, construidas sobre grandes piedras de granito rosa. Fue una fortificación militar de defensa que llegó a ser capital temporal para Manco Inca Yupanqui, líder de la resistencia contra los españoles, célebre por derrotarlos aquí desde los andenes e inundando los llanos.
En la montaña de enfrente se encuentra un conjunto arquitectónico con edificios, en donde los incas depositaban los productos agrícolas (colcas) y también se puede observar la representación del rostro del dios "Viracocha", tallado en un gigantesco bloque de piedra de la montaña.
Ollantaytambo también contaba con un sector ceremonial, sobre una planicie y dedicado principalmente al culto de las deidades del agua.
Una de las fuentes más famosa es la del Baño de la Ñusta (Princesa), labrada en una sola pieza de granito, de 1,3 m de alto por 2,5 m de ancho.
Estuvimos encantados de conocer el hermoso pueblo inca de Ollantaytambo, pues se conserva bastante intacto con su trazado geométrico original, con sus estrechas calles empedradas y enormes muros de piedra ensamblada y con canales centrales por donde circula el agua.
CHINCHERO
Aquí se encuentra los restos arqueológicos de una hacienda real del inca Tupac Yupanqui, sobre los cuales se construyó un templo colonial. Es un pueblo que conserva el estilo de la época incaica y a nuestra llegada nos encontramos con unas danzas muy populares y coloridas.
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