Desembarcamos e inmediatamente nos saludan unos leones marinos que están jugueteando muy cerca de nosotros y vemos corretear a los cangrejos zayapas sobre la roca húmeda.
Caminamos por una pasarela de madera, sobre una superficie volcánica con una variedad increíble de colores rojo, naranja, verde, negro. La isla es un volcán extinto con un cono fácil de escalar y a medida que tomamos altura, las vistas son impresionantes. Observamos fascinados numerosas formaciones volcánicas y los curiosos y coloridos animales, como las lagartijas de lava, que sobreviven en ese difícil hábitat.
Alcanzada la cima, encontramos ante nosotros el paisaje de la foto más popular de las Galápagos. Una espectacular vista de dos hermosas bahías en un paisaje lunar plagado de formaciones de lava y conos volcánicos, alcanzando vistas panorámicas de la islas Santiago, Seymour Norte, Baltra, Santa Cruz y Rábida.
Destaca en esa panorámica, la Roca Pináculo, una enorme formación de lava negra erosionada por el paso del tiempo con una sorprendente apariencia. Las bahías gemelas están separadas por un estrecho istmo y con sus hermosas playas de arena blanca y en forma de media luna son ideales para nadar y realizar snorkel. Sus aguas son de color turquesa. Así, que no nos podemos resistir y descendemos para ir a la playa.
Nuestra sorpresa fue, que sobre la misma arena había un león marino plácidamente descansando. Nos acercamos mucho a él pero no se inmutó. Decidimos tomar un baño en esa playa paradisiaca y fue entonces cuando el león marino se introdujo en el agua para juguetear con nosotros. Quedamos maravillados por su proximidad y la ausencia de temor alguno.
Finalmente los dos lobos marcaron hábilmente su ámbito territorial !!!
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