Autor: Jens Hausherr |
Nos dirigimos por el centro de la ciudad hacia el Parque del Flamengo, Praia do Botafogo en el barrio de la Urca. Para acceder al Pan de Azúcar, tomamos el teleférico de cristal artesonado, el más antiguo de Brasil y el tercero del mundo, que recorre 1.400 m entre los morros de Babilonia y Urca cada 5 minutos.En el primer tramo, llegamos hasta el Morro de la Urca, lleno de jardines y miradores. En el segundo, tenemos una vista panorámica espectacular de la ciudad, sus playas, la bahía de la Guanabara y la montaña del Corcovado.
El Pan de Azúcar es un morro monolítico de granito de 396 m de altura, situado en la boca de la Bahía de Guanabara sobre una península. Al parecer su nombre deriva de su semejanza con la forma de los montículos que se formaban con el azúcar para su envío a Europa.
Tomamos de nuevo el taxi y ahora nos dirigimos a visitar la estatua de Cristo Redentor, situada a 709 m de altura en el Parque Nacional de la Tijuca y sobre la cima del morro do Corcovado. En la subida tenemos oportunidad de contemplar la fantástica vegetación de la mayor reserva forestal en área urbana de Brasil. La estatua de piedra es una imagen de Jesús de Nazaret, de 38 m de altura total (8 m de pedestal) y 1.145 toneladas, con los brazos abiertos mostrando la ciudad de Río de Janeiro. El Corcovado es la imagen de la fe y la simpatía del pueblo carioca, pero además es un mirador privilegiado con una visión magnífica de 360º sobre la ciudad entera.
Nos sentimos muy agobiados por el calor y decidimos ir a tomar el almuerzo en una churrasquería de Copacabana y degustar un "rodízio" probando así la excelente carne brasileña.
Después de la copiosa comida, efectuamos un paseo por la playa de Copacabana, antes de dirigirnos al puerto.
Copacabana es la playa urbana más famosa, tiene forma de media luna y suele estar atestada de tumbonas, cachas y garotas. Caminamos por la calzada con sus famosas ondas negras y blancas, admirando el barrio compuesto por un microcosmos de bohemios, glamour y riqueza.
Río de Janeiro ha dejado en nuestras mentes unas imágenes
increíbles, una combinación de morros, "praias", samba y bossa nova, sol y calor, "rodízio y camaroes" y un "calor" de sus gentes que explica por qué se le conoce como "A Cidade Maravilhosa".
No vas treure el Restaurante Mediterráneo del Recarey
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