Alex Bicalho |
Aquí encontramos a 2.600 m de altura, una gran pradera subalpina, Tuolumne Meadows, rodeada de grandes picos y abundantes flores.
Ya descendiendo hacia la zona central del parque, disfrutamos de una vista panorámica espectacular del Valle de Yosemite.
En nuestra ruta hacia el centro del valle, donde se sitúa el Yosemite Village, pasamos junto al promontorio rocoso de granito conocido como El Capitán y comprobamos la majestuosidad de sus paredes verticales de 914 m de altura, resultado de la acción glaciar. Es la meca del peregrinaje de los grandes escaladores y su nombre obedece a la traducción libre que hicieron los españoles del término "Jefe de la Tribu", utilizado por los indios nativos para denominar esta montaña.
Es increíble la belleza natural del Valle Yosemite, de origen glaciar, rodeado de imponentes paredes verticales de granito y con nueve cascadas magníficas que vuelcan sus aguas sobre una planicie muy llana y con verdes prados.
Paseando por el centro del valle nos acercamos al Mirror Lake, para contemplar de cerca el otro promontorio granítico denominado Half Dome, de 1.500 m y considerado por los nativos el centro espiritual del valle. Estos domos graníticos redondeados, se fracturan siempre por los laterales y aquí tenemos la oportunidad de comprobar que la "otra mitad" del domo se la llevó el hielo de la última glaciación.
Más tarde, tomamos un sendero y nos acercamos a las cascadas Yosemite, que en tres saltos de agua diferentes completan una altura de 782 m. Son las más altas de América del Norte y las terceras del mundo.
Antes de abandonar el valle, decidimos disfrutar de las horas próximas al atardecer junto a la hermosa cascada de Bridalveil y contemplar desde un mirador la última panorámica spectacular de este hermoso valle.
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