Autor: OneEighteen |
Nuestra excursión en Cartagena se inició subiendo al Cerro de la Popa, punto geográfico más elevado de la ciudad y que fue bautizado por los españoles, al imaginar una enorme galera que sobresalía del mar. En su cima se encuentra la Iglesia de la Virgen de la Candelaria y un convento colonial, que posee un hermoso claustro. Las vistas sobre la ciudad son espectaculares.
Más tarde, nos desplazamos hasta el centro histórico, muy bien conservado y con una espectacular muralla. Nuestro recorrido lo iniciamos en el centro comercial Las Bóvedas, dentro del sector amurallado en los fuertes de Santa Clara y Santa Catalina. Son calabozos del siglo XVIII con 15 m de espesor, ubicados en una parte de los muros de la antigua ciudad y que ahora son tiendas de artesanía y
souvenirs.
Proseguimos el paseo por el casco antiguo encerrado entre muros, donde conviven edificios y calles coloniales, fortificaciones defensivas, elegantes edificios decimonónicos, balcones con florecientes buganvilias y fachadas en tonos pastel.
Más adelante llegamos al Parque Bolívar, un oasis de sombra, en donde se localizan la Catedral y el Palacio de la Inquisición, ejemplo típico de la arquitectura colonial.
La
Iglesia de San Pedro Claver, un jesuita que luchó por los derechos de los esclavos y cuyos restos se encuentran en el altar mayor.
Nos despedimos de Cartagena con el sentimiento de que tenía mucho más para mostrarnos, pero lo poco que habíamos contemplado nos había dejado una profunda huella en nuestro recuerdo.La salida de Cartagena por mar, nos ofreció unas vistas espectaculares de su enclave y de la privilegiada costa que la roea.
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