martes, 27 de noviembre de 2012

Río de Janeiro

Río de Janeiro fundada como "San Sebastián del Río de Enero" es la capital del estado de Río de Janeiro, ubicada en el sureste de Brasil. Fue la capital del Imperio del Brasil desde 1822, cuando la nación declaró su independencia de Portugal y conservó ese rango hasta la inauguración de Brasilia. Su localización se caracteriza por su singular belleza, una geografía imposible, con un fuerte contraste de montañas y mar, florestas y playas, paredones rocosos y llanuras que los rodean, un marco natural y paisajístico que ha otorgado a Río el título de "Cidade Maravilhosa".
Autor: Jens Hausherr
En el mismo puerto de Río, negociamos con un taxista la ruta y el precio, pero la existencia de un sindicato con precios cerrados, nos obliga a salir a la calle para regatear el coste. Encontramos un taxista que mejora la oferta de dentro del puerto, pero está distante de nuestro precio de referencia. En este instante comprobamos la habilidad de los cariocas, pues no cede al regateo pero asegura que si no quedamos satisfechos con el tour aceptará nuestra propuesta de precio. Como ello genera confianza, aceptamos y en honor a la verdad quedamos muy satisfechos de sus servicios, dado que incluso nos regaló un DVD de turismo promocional de Río.
Nos dirigimos por el centro de la ciudad hacia el Parque del Flamengo, Praia do Botafogo en el barrio de la Urca. Para acceder al Pan de Azúcar, tomamos el teleférico de cristal artesonado, el más antiguo de Brasil y el tercero del mundo, que recorre 1.400 m entre los morros de Babilonia y Urca cada 5 minutos.En el primer tramo, llegamos hasta el Morro de la Urca, lleno de jardines y miradores. En el segundo, tenemos una vista panorámica espectacular de la ciudad, sus playas, la bahía de la Guanabara y la montaña del Corcovado.

El Pan de Azúcar es un morro monolítico de granito de 396 m de altura, situado en la boca de la Bahía de Guanabara sobre una península. Al parecer su nombre deriva de su semejanza con la forma de los montículos que se formaban con el azúcar para su envío a Europa.

Tomamos de nuevo el taxi y ahora nos dirigimos a visitar la estatua de Cristo Redentor, situada a 709 m de altura en el Parque Nacional de la Tijuca y sobre la cima del morro do Corcovado. En la subida tenemos oportunidad de contemplar la fantástica vegetación de la mayor reserva forestal en área urbana de Brasil. La estatua de piedra es una imagen de Jesús de Nazaret, de 38 m de altura total (8 m de pedestal) y 1.145 toneladas, con los brazos abiertos mostrando la ciudad de Río de Janeiro. El Corcovado es la imagen de la fe y la simpatía del pueblo carioca, pero además es un mirador privilegiado con una visión magnífica de 360º sobre la ciudad entera.


Nos sentimos muy agobiados por el calor y decidimos ir a tomar el almuerzo en una churrasquería de Copacabana y degustar un "rodízio" probando así la excelente carne brasileña.
Después de la copiosa comida, efectuamos un paseo por la playa de Copacabana, antes de dirigirnos al puerto.

Copacabana es la playa urbana más famosa, tiene forma de media luna y suele estar atestada de tumbonas, cachas y garotas. Caminamos por la calzada con sus famosas ondas negras y blancas, admirando el barrio compuesto por un microcosmos de bohemios, glamour y riqueza.


Río de Janeiro ha dejado en nuestras mentes unas imágenes
increíbles, una combinación de morros, "praias", samba y bossa nova, sol y calor, "rodízio y camaroes" y un "calor" de sus gentes que explica por qué se le conoce como "A Cidade Maravilhosa".

Recife

Recife es la capital del estado brasileño de Pernambuco, situada en la hoz de los ríos Capibaribe y Beberibe, en la costa del noreste del país. Es conocida como la "Venecia brasileña" por sus puentes, canales y ríos, sólo en el centro de la ciudad existen 39 puentes que cruzan más de 50 canales. Pernambuco tiene un tamaño similar a Portugal y cuenta con 180 km de hermosas playas y un litoral de exuberante vegetación. Fue el escenario de sangrientas luchas contra los holandeses que dominaron la región durante dos décadas. Su riqueza cultural tiene su origen en las tradiciones del negro, indio y europeo, que llegaron a mezclarse y hoy están presentes en todas las manifestaciones artísticas y culturales, por ejemplo en las danzas y ritmos como el maracatu (comparsa de carnaval), el frevo, la cuadrilha y el fandango.
Autor: Américo Nunes
Llegamos al puerto de Recife después de cruzar durante cinco días el océano Atlántico y procedentes de Funchal (Madeira), por lo que fue nuestro primer contacto con la tierra brasileña. Decidimos tomar un taxi para dirigirnos primero a la cercana población de Olinda, distante sólo unos 7 km.Esta pintoresca ciudad colonial, fue la primera capital de Pernambuco, conservando todavía parte de su trazado urbano colonial de villa y es considerada una de las cunas de la cultura brasileña, siendo Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Olinda presenta un urbanismo informal típico de las colonias portuguesas, con su trazado irregular, sus casas en las cuestas de las colinas y sus edificaciones en lo alto de las mismas, combinando su arquitectura con el fondo del mar azul y el verde de la exuberante vegetación.
Realizamos un paseo a pie por sus calles de piedras y laderas empinadas, serpenteando entre imponentes iglesias barrocas y casas pintadas de colores muy vivos. Olinda fue escenario de multitud de batallas entre portugueses y holandeses, e incluso éstos llegaron a incendiarla.
Visitamos la Catedral da Sé o de Sao Salvador do Mundo, considerada una de las más antiguas iglesias de Brasil, situada en el centro histórico y en la cima de una colina, desde donde se obtiene una espléndida vista panorámica.

Una vez disfrutado del encanto de esta histórica población, sus tiendas de artesania local, sus casas con jardines y patios arbolados, sus conventos, etc. nos dirigimos al centro histórico de Recife y concretamente a la Casa de la Cultura, vieja cárcel convertida en un centro de cultura popular, con numerosas tiendas de encajes, alfombras, bordados, cerámica y artesanía.
Regresamos al puerto caminando, observando la alta contaminación que presenta muchos de sus canales y pasamos por los puentes de hierro de Boa Vista y Mauricio, admirando los edificios del Teatro San Isabel y del Palacio de los Gobernadores.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Salvador de Bahía

Salvador de Bahía es una ciudad brasileña, conocida como la Capital Colonial, Capital de la Alegría o la Roma Negra, por ser la metrópoli con mayor porcentaje de negros localizada fuera de África. Hasta 1763, fue la capital de la Corona Portuguesa en las Américas y el principal puerto del hemisferios sur hasta el siglo XVIII. Es considerada la capital cultural del pais, su población blanca, negra, india y mestiza ha propiciado la explosión de numerosas manifestaciones culturales con una gran capacidad creativa, musical, religiosa y artística.
Autor: estorde
A nuestra llegada al puerto de Salvador de Bahía, decidimos tomar un taxi que nos llevara a los puntos más extremos de la ciudad y finalizara el recorrido en su centro histórico. A pesar de las advertencias que habíamos leido sobre la ciudad, no nos libramos de caer en "las manos" de un taxista "pirata", que si bien cumplió con parte de la ruta pactada, no tuvo ningún inconveniente en abandonarnos en cuanto percibió que se aproximaba un nuevo barco al puerto y en consecuencia nuevos clientes potenciales.

En primer lugar, nos dirigimos a la Basílica del Bonfim, no sin antes pasar "obligatoriamente" por la tienda de un artista de cerámica, amigo del taxista. La Iglesia está construida sobre una colina y posee la imagen del Señor del Bonfim, un crucifijo de ébano con adornos de plata. Quedamos muy impresionados al contemplar no sólo la multitud de personas que seguían el oficio religioso, sino también por la gran devoción que profesa el pueblo baiano a este santuario.


Luego, atravesamos la bulliciosa ciudad para llegar al Fuerte de San Antonio de Barra, primera fortaleza defensiva de Brasil, ubicado en la entrada norte de la Bahía de Todos los Santos, que con sus más de 1000 Km2 es la más extensa del pais. En el interior del fuerte, se encuentra el Farol de Barra.

De nuevo tomamos el taxi para dirigirnos al Pelourinho, donde el taxista decide abandonarnos. Este barrio está en el centro histórico y presenta una arquitectura colonial barroca portuguesa, y es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su nombre proviene de las columnas de madera o picotas (pelourinhos), en las que se castigaba a los esclavos que desobedecían. Paseamos por sus calles pavimentadas y con notables cuestas, rodeados de un conjunto arquitectonico majestuoso de plazas, iglesias y palacios pero también con el colorido y alegría que proporcionaban las numerosas tiendas y sobre todo las manifestaciones artísticas de la cultura afrobrasileña. Un mundo que nos recordaba los escenarios de los romances que aparecen en las novelas de Jorge Amado.





Visitamos la Iglesia de San Francisco, máximo exponente del barroco brasileño, con un contraste impresionante entre la sencillez de su fachada exterior y un interior super-ostentoso y recargado lleno de ornamentos recubiertos con pan de oro. Por eso es conocida como la "iglesia de oro". En el hermoso claustro del convento, construido por los frailes franciscanos, encontramos unos azulejos portugueses que ilustran la leyenda de San Francisco y su renuncia a los bienes materiales.




Continuamos el paseo por el Pelourinho y al asomarnos a la céntrica y popular Plaza Largo Terreiro de Jesús, denominada así por la presencia de la orden jesuita, observamos que existen nada menos que tres espectaculares iglesias: la Catedral Basilica, la de San Pedro de los Clérigos y la de Santo Domingo.
La Catedral Basílica, sede del cardenal primado de Brasil, fue construida por los jesuitas y es de estilo barroco y rococó.
La Iglesia de San Pedro de los Clérigos:


La Iglesia de la Orden Tercera de Santo Domingo posee una fachada en estilo rococó y en su Capilla Mayor dispone de unos azulejos con retratos de Santo Domingo.







Esta plaza es un lugar de encuentro cultural de la ciudad y aquí se concentran numerosas actividades artísticas, musicales, de folklore, capoeiras, afoxé, Folia de Reis, Maculelé y Samba de Rueda y siempre bajo la presencia permanente de vendedores ambulantes. Debido al calor y al cansancio, decidimos hacer una pausa en nuestro recorrido y probamos una bandeja de excelentes camarones acompañados de una buena cerveza.

Seguimos el paseo y nos dirigimos a la Plaza da Sé y a la Plaza Municipal, donde se encuentra el ascensor Lacerda que comunica el centro histórico con el Mercado Modelo, situado muy próximo al puerto. Desde lo alto de la Plaza Municipal se obtiene una hermosa vista de la bahía.

El Mercado Modelo, con más de 250 tiendas es el mayor centro de artesanía de todo Brasil, y presenta una extensa muestra de la artesanía local: piezas elaboradas sobre paja, fibra de coco, cuero, cerámica, madera, conchas de mar, semillas, latón, bronce, plata, oro, piedras semipreciosas y preciosas, instrumentos musicales, etc. Una gran variedad de artículos y souvenirs, que reflejan la gran creatividad de los baianos. Está ubicado en la zona portuaria y en sus sótanos en condiciones asfixiantes e inundables por el mar, se "almacenaban" a los esclavos pendientes de ser subastados.
Partimos de Salvador de Bahía, con la honda impresión de habernos cautivado la increíble cultura de la ciudad más antigua de Brasil, totalmente influenciada por los orígenes europeo y africano de su población, y con un entorno de playas y bahías maravillosas. Una tierra alegre, de gran belleza, rica en recursos y con intelectuales y artistas mundialmente reconocidos.