Nuestra visita a la Península de Banks, resultó sensacional, pues gozamos plenamente de un paisaje natural con unas vistas panorámicas increíbles y el día, aunque empezó amenazante de lluvia, fue mejorando.
La gran actividad volcánica de la zona, originó hace unos 25.000 años una isla con dos cráteres, formando los puertos de Lyttelton y Akaroa. Como tuvimos oportunidad de comprobar, hoy día, esa actividad sigue transformando el territorio de la Península de Banks, en un laberinto complejo y sorprendente de empinadas colinas, profundos valles, escarpados cabos, pequeñas bahías, y abrigados puertos. Su nombre procede del botánico Joseph Banks, quien navegó con el capitán James Cook en el Endeavour.
La NASA tomó esta fotografía con satélite, en donde se aprecia la singularidad orográfica de la Península de Banks.
Desembarcamos del Noordam con tenders y llegamos a un largo muelle de aguas poco profundas en el centro de la ciudad de Akaroa.
La península fue habitada por los maoríes durante 1.000 años, pero en 1838 el puerto de Akaroa, atrajo al ballenero francés, el capitán Jean François Langlois, que consideró que reunía las condiciones ideales para establecer un pueblo que pudiera atender a los barcos balleneros. Por ello, adquirió la península a través de un acuerdo dudoso con los maoríes locales, la tribu Ngai Tahu. Sin embargo, cuando regresó con colonos en 1840, se encontró que los británicos habían declarado la soberanía sobre todo el territorio de Nueva Zelanda, al haber firmado el Tratado de Waitangi (los signatarios incluían dos jefes de Akaroa). De todos modos, los colonos franceses se quedaron y hoy día podemos descubrir muchos de sus legados: nombres de calles, primera iglesia católica, primera viña del país, pasión por la buena mesa, casas coloniales, . . .
De inmediato, tomamos el coche de alquiler previamente reservado y nos lanzamos a la aventura de recorrer esta hermosa península.
Nuestro primer destino será Okains Bay, pero para llegar, primero ascendemos por la carretera hasta Summnit Road y obtenemos unas vistas panorámicas increíbles sobre la bahía de Akaroa.
Llegamos a Okains Bay, en donde se encuentra el Maori and Colonial Museum, y la carretera finaliza en un camping al borde de una larga playa.
Todas las poblaciones de la Península de Banks son muy pequeñas y están muy aisladas, incluso Akaroa sólo cuenta con 600 habitantes. Al ascender la colina para dirigirnos a la siguiente bahía, Akaloa Bay, obtenemos unas magníficas vistas de la playa de Okains Bay.
Por el camino encontramos algunas granjas de ganado en lugares muy aislados.
El acceso a las inmediaciones de Little Akaloa Bay, nos deja maravillados por el fuerte contraste del verde dominante en las praderas y colinas, y el azul turquesa de las aguas del mar.
De nuevo ascendemos por la carretera y ahora nos desplazamos hasta la hermosa bahía de Pigeon.
Salimos de la bahía y tomamos la Summit Road, que nos ofrece unas magnificas vistas del paisaje de la bahía de Akaroa.
Continuando por la carretera 75, llegamos a la pequeña aldea de Little River, y paramos para almorzar junto a una abandonada estación de tren que data de 1886. Mientras tomábamos el café, empezó a sonar una sirena de alarma y optamos por observar la actitud que adoptaban los camareros y el resto de clientes. Nadie hizo caso de la alarma y en unos minutos dejó de sonar. Estábamos en ese lugar el 14 de noviembre del 2016, y en ese momento desconocíamos que probablemente esa alarma se debía a la detección de pequeños movimientos sísmicos, que finalmente sobre las 23 horas acabaron originando un fuerte terremoto de 7,5 grados en la escala de Richter, provocando la muerte de dos personas, el agrietamiento de carreteras, derrumbe de casas y hasta un pequeño tsunami que afectó principalmente a Pigeon Bay.
El epicentro del terremoto se situó a 91 km al nordeste de Christchurch y nosotros nos encontrábamos a 85 km al sur de esa ciudad. Recordemos que Chrischurch fue arrasada en 2011 por un terremoto de menor intensidad 6,3 grados, pero dejó una tragedia de 185 muertos. Nosotros tuvimos mucha suerte, pues a la hora que sucedió el terremoto, el barco ya estaba en alta mar. Al día siguiente por televisión, vimos algunos de los efectos del terremoto, como las tres vacas que quedaron atrapadas sobre un montículo de hierba, que quedó aislado tras el derrumbe del terreno circundante.
Desde Little River, nos dirigimos a Birdlings Flat, una inmensa playa de pequeños cantos rodados y espectaculares vistas.
También encontramos unas marismas, en donde diversas especies de aves buscaban alimento.
Como el tiempo había mejorado considerablemente, decidimos acercarnos hasta Diamont Harbour, un pintoresco y atractivo pueblo que se encuentra justo enfrente de Lyttleton Harbour.
Y desde ese punto, regresamos finalmente a la población de Akaroa.
Abandonamos Akaroa y la Península de Banks, emocionados por haber vivido una jornada muy intensa, que nos ha proporcionado una visión espectacular de sus verdes paisajes, sus hermosas bahías y sus pintorescos pueblos.
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