sábado, 14 de diciembre de 2013

Cataratas de Pagsanján

Pagsanján es una población, establecida al inicio de la época española, situada en la confluencia de los ríos Balanac y Bumbungan, en la provincia de la Laguna (Filipinas), a 92 km al sudeste de la capital, Manila. 
Las cataratas de Pagsanján, localmente son conocidas como Magdapio y son accesibles a través de una travesía en canoa aguas arriba por el río Bumbungan.




Este lugar es mundialmente conocido porque en 1976, Francis Ford Coppola, lo eligió como decorado natural para gran parte de las escenas más fantásticas de la película Apocalypse Now. El rodaje duró unos tres años y se convirtió en un auténtico infierno. En la película, el coronel Kurtz (Marlon Brando), un ex boina verde que ha organizado su propio ejército y se deja adorar por los nativos, dispone de su enorme campamento en una extensa jungla. Sin embargo, se puede comprobar desde el río que el set de filmación sólo alcanza unos doscientos metros de anchura en la ribera del río.



Decididos a realizar esta pequeña aventura por la jungla, nos subimos a una frágil piragua o canoa (bangka) con dos remeros, uno en cada extremo. Embarcamos en la canoa nosotros dos solos y nos dan indicaciones para distribuir el peso de manera uniforme y algunas medidas básicas de seguridad, para colaborar en el duro trabajo que desarrollarán los barqueros tirando, empujando y remando la canoa. 
En el primer tramo de navegación, una barca a motor tira de una cuerda, a la que estamos unidas una serie de canoas.




En las orillas del río observamos algunas cabañas, pescadores, y búfalos de agua o carabaos, en tagalo kalabaws, animal simbólico de Filipinas, a donde fueron llevados en el siglo XVII por los españoles.


Cuando se alcanza el segundo tramo, apareciendo la travesía rocosa del río y fuertes corrientes, las canoas se desatan de la cuerda. Empieza entonces el trabajo duro de los barqueros y quedamos impresionados al verlos abandonar sus remos, saltar de las canoas, y con los pies desnudos apoyados sobre afiladas rocas tiran con toda su fuerza para vencer la fuerza de los rápidos y seguir con nuestra travesía aguas arriba. Su habilidad y fuerza nos conmueve.




El paseo es espectacular, por la belleza del salvaje paraje que nos envuelve y por las sensaciones que nos brinda el deslizarnos con la canoa entre estrechas gargantas con angostos acantilados que exhiben una naturaleza exuberante. Para sortear los numerosos rápidos que encontramos, dado el bajo nivel del agua del río y la abundante cantidad de rocas, es preciso que la mayor parte del viaje se realize a pulso, poniendo a prueba la fuerza de los brazos y pies de los "bangkeros".
Autor: jensm
El viaje río arriba dura alrededor de una hora y nos lleva a la cascada principal, que forma una bella piscina natural. 
Autor: klaus-ottes
Nos bajamos de la canoa y recorremos unos 100 metros hasta alcanzar una rudimentaria balsa de troncos de bambú. Dudamos de seguir con la aventura, pero ya que hemos llegado hasta aquí decidimos subir y confiar de nuevo en la pericia de los dos braceros que tirando de una cuerda sujeta en la otra orilla, conducirán la balsa lentamente hasta debajo de la estruendosa cascada, que con su cortina de agua esconde detrás la cueva del Diablo.
Nos sentimos golpeados por la fuerza del agua, cubrimos nuestras cabezas y llegamos a cerrar nuestros ojos ante la presión del agua, mucho más que un simple masaje.
Autor: Sushixuni

Autor: wishuponaworld
El regreso es mucho más sencillo, pues navegamos a favor de la corriente, lo que nos permite recrearnos aún más en la belleza que nos envuelve.
La pequeña aventura de visitar las Cataratas de Pagsanján, avanzando por el río en canoas turísticas, rodeados por la jungla y de un paisaje espectacular nos ha ofrecido una experiencia inolvidable. Pero sobretodo jamás olvidaremos el esfuerzo descomunal que realizaron los "bangkeros".

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