Taj Mahal
El Taj Mahal ("la
Corona de Mahal"), es un complejo de edificios y jardines construido
entre 1631 y 1654 en la ciudad de Agra, estado de Uttar Pradesh (India),
por el emperador mogol Sha Jahan, en memoria de su esposa favorita
Mumtaz Mahal. Es la obra cumbre de la arquitectura mogol, combinando
elementos arquitectónicos islámicos, persa, indios y otomanos.
Este imponente conjunto, es mucho más que una de las siete Maravillas del Mundo Moderno, es todo "un poema de amor labrado en piedra". Su inmortal belleza se inspira en la apasionante historia de amor que vivieron el emperador y su esposa favorita.
"El Taj Mahal
parece la encarnación de todas las cosas puras, de todas las cosas
santas y de todas las cosas infelices. Este es el misterio del
edificio". Rudyard Kipling
Sha
Jahan se enamoró de Arjumand, de sólo 15 años, en un bazar donde ésta
vendía cristales. Su padre, el emperador no veía bien esta relación, así
que tardaron cinco años hasta contraer matrimonio. Arjumand Bano Begum
pasó a ser conocida como Muntaz Mahal, "la elegida del palacio". Tras la
muerte del emperador, Sha Jahan ocupó su trono. En 1630, sobrevino la
tragedia y Muntaz Mahal, no resistió el parto de su 14ª hija. El emperador ya no volvió a ser el mismo, y decidió honrarla construyendo un monumento sin igual en el mundo.
Desolado y recluido en el Fuerte Rojo, mandó construir el más impresionante mausoleo,
llegando a desviar el río Yamuna para conseguir que el emplazamiento
del Taj Mahal, permitiera reflejar su imagen en las aguas del río. La
colosal obra costó 22 años de construcción, contratando a 20.000
obreros, la utilización de mármol blanco traído con más de 1.000
elefantes de canteras a 300 km de distancia, se utilizaron más de 28
tipos de piedras preciosas y semipreciosas para las incrustaciones en el
mármol: jade y cristal de la China, turquesa del Tibet, jaspe del
Punjab, lapislázuli de Afganistán, crisolita de Egipto, ágata del Yemen,
zafiros de Ceylán, amatistas de Persia, coral de Arabia, malaquita de
Rusia, cuarzo del Himalaya, diamantes de Golconda y ámbar del océano
Indico.
En 1648 fue enterrada allí, su amada Mumtaz Mahal. Pero
esta impresionante obra casi arruinó al Imperio Mogol, lo que motivó
que su tercer hijo Aurangzeb, al tomar el poder encarcelara a Shah Jahan
en el Fuerte Rojo, al otro lado del río, donde desde las ventanas de
su celda y utilizando un espejo, podía contemplar su gran obra, el Taj
Mahal. Al morir fue enterrado junto a su amada esposa, para que
reposaran juntos eternamente, pero su hijo se vengó ya que al colocar la
tumba rompió la perfecta simetría de todo el mausoleo.
Ansiosos
por conocer el tantas veces soñado Taj Mahal, nos disponemos a entrar
por la puerta sur y accedemos a una especie de antesala rodeada por
arquerías de color rosado, y ante nosotros aparece una imponente puerta
principal o Darwaza, de 30 m de alto, de arenisca roja y con intrincados
motivos geométricos. Originalmente contaba con dos grandes puertas de
plata.
Pero
de inmediato, nuestra atención se centra en la silueta del impresionante
mausoleo que aparece al fondo del Jardín del Paraíso. La primera
impresión, supera con creces la imagen estereotipada de tantas
fotografías contempladas antes de situarnos delante mismo de esta obra
sublime de la humanidad. Accedemos a un inmenso patio de 300 m de ancho con un estanque en el centro y numerosos jardines y fuentes, todo ello en un recinto cerrado por una alta muralla de arenisca roja.
Avanzamos
caminando hacia el mausoleo, admirando a la vez la soberbia perfección
de todo el conjunto: su simetría con el efecto adicional del reflejo
sobre el agua, la magnificiencia de sus proporciones, los estanques de
mármol y sus flores de loto, la belleza omnipresente del mármol blanco
puro, la imponente cúpula blanca de 35 m de altura y forma de cebolla,
la plataforma encuadrada por los cuatro minaretes, la majestuosidad de
la puerta y el hermoso arco, las paredes finamente trabajadas con
incrustaciones de piedras preciosas y semipreciosas decorando
caligrafías del Corán, elementos geométricos o vegetales.
Bordeando el estanque central, llegamos a la escalinata de acceso al mausoleo
y sentimos una irresistible sensación de tocar con nuestra propia mano
el mármol blanco y frío que desde nuestra entrada al recinto ha
perturbado constantemente nuestra mirada.
A cada lado del mausoleo se hallan dos grandes edificios
complementarios hechos de arenisca roja, una mezquita y el jawab, que
fuera usado como hospedaje para invitados de honor. Con ello se
conseguía balancear la composición arquitectónica.
Entramos
en el mausoleo, construido sobre un basamento cúbico de 55 m de lado y
nos encontramos con una gran superficie dividida en multitud de salas.
Por dentro, deslumbra algo menos que por fuera. En el corazón del
mausoleo se encuentran los cenotafios de Mumtaz Mahal y Shah Jahan,
obras maestras de artesanía, rodeados de una pantalla de mármol
finamente tallada con incrustaciones de piedras preciosas que reflejan
la luz natural en mil colores. Las tumbas reales se encuentran en un
nivel inferior, en una cámara muy simple siguiendo la tradición
musulmana.
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Autor: Sebastian
Tkcazyk |
El Taj
Mahal nos dejó profundamente impresionados. El conjunto tiene algo de
mágico, quizás por la tonalidad que le confiere el mármol al cambiar de
color según la luz del sol, o quizás por la hermosa historia de amor
que inspiró su creación.
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