viernes, 6 de marzo de 2015

Huaraz

Nuestro bus nocturno procedente de Trujillo, llegó sobre las seis de la mañana a la ciudad de Huaraz, en plena cordillera Blanca, la más alta del mundo después del Himalaya, con sus 18 cumbres de más de 6.000 m, 663 glaciares, más de 200 nevados, 296 lagunas y 44 ríos. Huaraz está ubicada en la parte central del Callejón de Huaylas, un inmenso valle que separa las cordilleras Blanca y Negra, siendo popularmente conocida como la "Suiza peruana".

A las 9 horas ya estábamos dispuestos para iniciar nuestra primera excursión, con destino a las Lagunas de Llanganuco, dentro del Parque Nacional de Huascarán. Por el camino nos detuvimos en Carhuaz, donde tomamos un rico helado y comprobamos la masiva afluencia de feligreses a los oficios religiosos.

A la salida de Carhuaz y ya en ruta, nos encontramos con el célebre árbol de la Quina, en peligro de extinción, y que forma parte del Escudo del Perú. Su corteza es efectiva para el tratamiento del paludismo.

Tomamos una pista sin asfaltar, y ascendemos desde el Callejón de Huaylas en un recorrido serpenteante de 28 km, hasta llegar a las Lagunas de Llanganuco, en un entorno de gran belleza escénica con aguas de color turquesa y que reflejan el nevado Huascarán, el más alto del Perú con sus 6.768 m.

En este valle glaciar, existe un eslabonamiento entre estas lagunas. La primera laguna de subida es conocida como Chinanqocha o "laguna hembra", (3.850 msnm) que es donde nosotros llegamos y cuenta en su entorno con densos bosques de queñua. A una distancia de mil metros se encuentra la segunda laguna, denominada Orqonqocha o "laguna macho" (3.860 msnm), de forma que sus aguas penetran en el vaso de la primera.
Después de un agradable paseo, descendemos de nuevo al valle y llegamos a Caraz, un pequeño pueblo donde tendré el honor de degustar mi primer "cuy" o cobaya, manjar muy popular en el Perú, donde se llegan a consumir hasta 65 millones de ejemplares al año. Mi experiencia fue muy satisfactoria pues encontré la carne crujiente y deliciosa, sin tener en cuenta los beneficios que aporta por sus elevados niveles de Omega 3, poca grasa y mucha proteína.

Nuestra siguiente parada fue en Yungay, ciudad sepultada por el terremoto de 1970.

Uwebart
Un terrible seísmo de intensidad 7.8, sacudió el valle y provocó un gran alud de hielo y rocas del nevado Huascarán (6.768 m), que con una amplitud de lengua de 1,5 km descendió hacia el valle a una velocidad de 200 km/h, sepultando totalmente la ciudad, falleciendo 24.000 personas y salvándose sólo 300, al refugiarse en el cementerio situado en la zona alta. Desde este lugar, descendientes de supervivientes nos explicaron la magnitud de la tragedia vivida.
Regresamos ya de noche a Huaraz y al día siguiente por la mañana, iniciamos una nueva excursión, en esta ocasión con destino a Chavín de Huántar. 
El trayecto fue largo y duro, pues la carretera tenía muchas curvas y tramos con el suelo en mal estado. Por el camino, paramos en la Laguna de Querococha (3.980 msnm), que dispone de un tupido bosque de queñuales y desde donde se vislumbran los nevados Pucaraju (5.025 msnm) y Yanamarey (4.809 msnm).

Finalmente llegamos al complejo de Chavín de Huántar, ubicado en un punto estratégico de paso preinca, desde la costa hacia la selva. Fue la capital de la cultura Chavín (1.500 a 300 aC) y levantada en un lugar elegido en atención a criterios mágico-religiosos en un paraje de montañas de gran simbolismo.

Los habitantes de Chavín fueron básicamente sacerdotes, que recibían numerosos peregrinos en busca de "oráculos", portando ofrendas de diverso tipo, pudiendo permanecer por largos períodos. Su prestigio se basaba en la predicción de los ciclos climáticos estacionales anuales, en especial los períodos de sequía o de intensas lluvias. Los sacerdotes eran excelentes observadores del cielo, del comportamiento de los animales, de la correlación entre el hallazgo de caracolas de mar y el fenómeno de El Niño y en sus rituales se estimulaban ingeriendo derivados alucinógenos del cactus San Pedro o Huachuma.

En el complejo encontramos diferentes estructuras, como el Templo Nuevo o Castillo con forma de pirámide truncada rectangular, junto al Portal de las Falcónidas, construido una parte con piedra blanca y otra con piedra negra. Nos encantó comprobar la perfección alcanzada en el tallado y pulido de las piedras.

El complejo de Chavín también presenta una compleja red de galerías subterráneas de piedra, iluminadas por haces de luz que penetran a través de conductos estratégicamente dispuestos. Entramos en una de las galerías para contemplar el "Lanzón monolítico" (1.000 aC), esculpido en piedra de granito de 4,54 m. de altura, donde se observa representada una divinidad antropomorfa, posiblemente la más importante del panteón chavín.

También en los muros exteriores del templo principal, admiramos una serie de "cabezas clavas", con rasgos humanos y felinos, una especie de centinelas mitológicos que protegían el templo.

Nuestra estancia en Huaraz fue muy fructífera y plena, además de gratificante, pues en las excursiones que realizamos siempre estuvimos en contacto directo con viajeros peruanos que nos acompañaban con gran cordialidad y simpatía.

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