viernes, 18 de octubre de 2013

La Gran Muralla China

La Gran Muralla China es una colosal fortificación construida y reconstruida entre los siglos V a.C. y el XVI d.C., para proteger la frontera norte dei imperio chino de los ataques de los nómadas xiongnu de Mongolia y Manchuria. Conocida como Wànlǐ Chángchéng, literalmente "la larga muralla de 10.000 Li (里)= 8.851,8 km". En China, 10.000 li representan el "infinito".
Abarca desde la frontera con Corea hasta el desierto de Gobi, a lo largo de un arco que bordea el sur de Mongolia Interior, aunque hoy sólo se conserva un 30%. En promedio, mide de 6 a 7 m de alto y de 4 a 5 m de ancho. Las almenas del muro tienen casi 2 m de alto, y cuenta con troneras para el disparo de flechas y proyectiles. En las cimas se levantan atalayas y torres de señales, que forman una red de comunicación militar.
Es Patrimonio de la Humanidad desde 1987 y sin duda la Gran Muralla es el gran simbolo de China que evoca su poder y su larga historia. Sin embargo no podemos olvidar que nos encontramos ante el mayor cementerio del mundo, si tenemos en cuenta que cerca de 10 millones de trabajadores murieron durante su construcción y varios millones de guerreros en su defensa o en su ataque. Sólo durante la dinastía Ming se precisaban más de un millón de guerreros para su defensa.

En realidad, la Gran Muralla es una serie de murallas interconectadas que varían a lo largo de su recorrido, tanto en su antigüedad, altura, estilo, material de construcción y estado de conservación. Su construcción obedecía a una estrategia de defensa de los ataques de las tribus bárbaras del norte, que poseían una tecnología militar superior basada en su destreza en el uso de la caballería. Nunca fue una barrera inexpugnable, pero fue muy útil para contener a las caballerias enemigas.


En los siglos VII a V a.C., los reinos que conformaban el territorio chino construyeron murallas defensivas hechas de tierra compacta y gravilla, que llegaron a extenderse desde el río Amarillo hasta el Yangtzé. En el siglo III a.C., el emperador Qin Shi Huang (conocido por su ejército de soldados de terracota), unificó toda China y reforzó las murallas existentes en el norte, convirtiéndolas en la Gran Muralla de Diez Mil Li. Después la dinastía Han, expandió la muralla hasta alcanzar los 10.000 km. Sin embargo, tras la caída de la dinastía Han la muralla caería en desuso y ruina, tanto es así que no aparece en pinturas ni escritos ni es mencionada por Marco Polo durante su visita a China en el siglo XIII.
Pero durante la dinastía Ming y después de la derrota del ejército en 1449, adoptaron una nueva estrategia para mantener las tribus nómadas alejadas de la capital Beijing mediante la construcción de muros a lo largo de la frontera norte de China. A diferencia de las anteriores fortificaciones, la construcción fue más fuerte y más elaborada debido a la utilización de ladrillos y piedra en lugar de tierra apisonada.
Sección típica de la muralla. Fuente “Amazing Achievements : a celebration of human ingenuity” por Nigel Hawkes, via NTU Library Xpress.
Hacia el final de la dinastía Ming, la Gran Muralla defendía el imperio de la invasión manchú que comenzó alrededor de 1600. Los manchues finalmente fueron capaces de cruzar la Gran Muralla en 1644, no destruyéndola sino sobornando a un general y rápidamente ocuparon Beijing estableciendo la dinastía Qing, que duraría hasta 1912 con la revolución china. Mongolia se anexó al imperio, de modo que la Gran Muralla volvió a quedar en abandono. El destino determinó que la primera y última dinastía imperial china procediera de un pueblo extranjero y tuvieran un nombre casi idéntico, pero aún más relevante es que el imperio nació y murió con su Gran Muralla.
Con Mao Zedong al poder, la muralla fue tomada como símbolo de la resistencia ante la invasión japonesa. Pero luego fue demolida en muchas zonas y sus restos usados como materiales de construcción. En 1984 Den Xiao Ping llevó a cabo un extenso programa de restauración de la Gran Muralla.



En una mañana lluviosa y húmeda nos disponemos a visitar el sector de Badaling, accediendo a través de una de las principales puertas defensivas construidas por los Ming y que fue punto neurálgico de la Historia de China.
De inmediato nos viene a la mente las numerosas imágenes que desde nuestra infancia nos han ido bombardeando sobre esta colosal obra y con nuestra mirada hacia el infinito intentamos corroborar la magnitud de la misma, contemplando como la muralla se pierde en el horizonte como si de un gigantesco dragón se tratara, reptando a lomos de las montañas.


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